Sultan Khan

El material disponible es insuficiente para reconstruir una vida, pero es suficiente para esbozar la historia. 

En 1929, un hombre de Sargodha, en Punjab llegó a Inglaterra, que forma parte de la comitiva de un Nawab. Había aprendido ajedrez en la manera india, la forma moderna juega en el West tuvo algunas modificaciones importantes, y terminó último en el primer torneo que jugó. Él aprendió de la experiencia y en pocos meses pasó a ganar el Campeonato Británico, repitiendo la hazaña en 1932 y 1933. 

También jugó tablero superior para Gran Bretaña en tres olimpiadas de ajedrez registrar impresionantes actuaciones contra algunos de los mejores jugadores del mundo. 

Su único partido contra el campeón mundial cubano José Raúl Capablanca fue una obra maestra de la victoria , y se cuenta entre los mejores juegos de todos los tiempos. Y luego, en 1933, desapareció, se dirigió a lo que hoy es Pakistán, con su patrón, nunca a jugar al ajedrez internacional competitiva.

Aqui pueden ver su perfil y sus partidas online:

http://www.chessgames.com/perl/chessplayer?pid=23857

El talentoso jugador de ajedrez y escritor Reuben Fine, contemporáneo, ha escrito de él:

La historia de la India Sultan Khan resultó ser de lo más inusual. El "Sultán" no era la palabra de estado que se supone que sea, no era más que un nombre. De hecho, Sultan Khan era en realidad una especie de siervo en la finca de un maharajá, cuando su genio del ajedrez fue descubierto. Él habla Inglés mal, y mantuvo puntuación en indostaní. Se dijo que no podía ni siquiera leer las anotaciones europeos.

Después del torneo [el 1933 Folkestone Olimpiada] el equipo de Estados Unidos fue invitado a la casa del maestro Sultan Khan en Londres. Cuando nos acompañaron en que fueron recibidos por el maharajá con el comentario: "Es un honor para ti estar aquí;. Ordinariamente sólo converso con mis galgos" A pesar de que era musulmán, el maharajá había concedido un permiso especial para beber bebidas embriagantes, y él hizo un uso liberal de esta dispensación. 

Él nos presentó una biografía de cuatro páginas impresas relato de su vida y hazañas, hasta donde podía ver su mayor logro fue haber nacido un maharajá. Mientras tanto Sultan Khan, quien fue nuestro verdadero plato fuerte a su presencia, fue tratado como un sirviente por el maharajá (que en realidad estaba de acuerdo con la legislación india), y nos encontramos en la peculiar posición de ser atendido en la mesa de un gran maestro de ajedrez.

El maharajá en cuestión era Malik Umar Hayat Tiwana, padre de Malik Khizr Hayat, el ministro jefe de Punjab unionista para los cinco años llenos de acontecimientos que condujeron a la Partición. Pero los años que importa en esta historia son los que el padre pasó en Londres desde 1929 a 1933. Uno de los mayores terratenientes de Punjab, fue, además de sus galgos, apasionados `` automovilismo, polo, jabalíes, montar a caballo, tiro, atletismo, venta ambulante'', que cursa, el último con el suficiente interés para que se convierta en El presidente del Club de los halconeros británicos.

La historia de Sultan Khan ser un siervo parece poco probable, con toda probabilidad, él era parte de una red clientelar que puede haber incluido músicos, luchadores y talentosos jugadores de ajedrez.

Esto es en el mejor de una conjetura, porque es difícil de reconstruir cualquier información sobre Sultan Khan antes de su llegada a Inglaterra. Lo que parece estar acordado en común es que no sabía casi nada de Inglés, no tenía conocimiento de la teoría del ajedrez moderno que se había desarrollado en Occidente o en los partidos entre los mejores jugadores de ajedrez que habían sido grabadas durante al menos cincuenta años antes de su llegada.

Fue entrenado en el sistema indio, que se diferencia en dos aspectos importantes del ajedrez moderno.No permite que el peón se mueve dos pasos en el primer movimiento, ni permite el intercambio del rey y la torre que lleva el nombre del enroque. Ambas diferencias impactar fuertemente los movimientos de apertura y lo que es seguro decir que él no estaba al tanto de muchos de los desarrollos modernos teóricos de la apertura.

Es por esta razón que el compañero de Oxford a los estados de ajedrez, `` Al Sultan Khan viajó por primera vez a Europa su Inglés era tan rudimentario que necesitaba un intérprete. No se puede leer ni escribir, nunca estudió los libros sobre el juego, y lo pusieron en manos de los entrenadores que también eran sus rivales en el juego. Nunca dominado aberturas que, por su naturaleza empírica, no pueden ser aprendidas por la aplicación del sentido común solo. Bajo estas circunstancias adversas, y de haber conocido el ajedrez internacional de apenas siete años, sólo la mitad de lo que pasó en Europa, Sultan Khan sin embargo, tuvo pocos compañeros en el medio juego, fue uno de los mejores del mundo dos o tres jugadores finales, y uno de los mejores diez jugadores del mundo. Este logro despertaron la admiración de Capablanca que lo llamó un genio, un galardón que concede rara vez''.

Los paralelos entre las historias y Ramanujan Sultan Khan son sorprendentes. Ambos eran genios en gran parte sin formación en el desarrollo teórico extenso de sus respectivos campos en el oeste que sin embargo logró una competencia que habilita un viaje a Inglaterra. Una vez en Inglaterra trajeron una idea de su trabajo que los clasificó entre los mejores en su profesión. En caso de Ramanujan su carrera se vio truncada por una muerte prematura, en caso de Sultan Khan mucho el mismo impacto se logró su regreso a Sargodha.

Pero para hacer algo de estos paralelos es necesario comparar y contrastar el ajedrez y las matemáticas. Algunas de las diferencias son obvias, las computadoras de hoy superan a los humanos en el ajedrez, apenas han hecho mella en tratar de hacer las matemáticas. Esto apunta a una diferencia de fondo, el ajedrez es un esfuerzo enorme, pero finito donde los seres humanos y las computadoras reducir un gran número de posibilidades en cualquier momento por el conocimiento previo y la experiencia que aportan a cada juego. En este contexto hoy es posible hablar de la intuición de un jugador pero ya no es posible hablar de una visión inexplicable que lleva a un movimiento que nadie podría haber previsto.

Los paralelos son igualmente obvio, el mérito en cualquiera de los campos no es una medida subjetiva, los buenos jugadores de ajedrez y matemáticos probarse a sí mismos. Incluso hay algunas similitudes en el proceso de llegar a las verdades matemáticas y un juego de ajedrez. La apertura es el equivalente del estudio teórico que se dedica a hacer frente a un problema, pero es el medio juego y el final del juego donde los jugadores deben llevar su talento a soportar. Hay buenos jugadores de ajedrez con un repertorio de aperturas limitadas, al igual que hay matemáticos cuyo conocimiento de la teoría no es muy amplio pero nadie que desempeña el medio juego mal nunca puede ser considerado un gran jugador de ajedrez.

Tanto Ramanujan y Khan Sultan sirvieron mal por su falta de conocimientos teóricos, como lo fueron privados de la educación que sus pares de Occidente recibido. Pero en cualquier caso talento excepcional asegurado cada uno ha dejado una marca. No es de extrañar que el único libro sobre el Sultan Khan, una recopilación de sus mejores partidos, recurre a la más antigua estereotipo posible, echando Sultan Khan como un místico indio `'.

Esto es una reminiscencia del tipo de etiquetas que siguen adheridas a Ramanujan. Pero en el caso de Sultan Khan son aún menos defendible porque el proceso paso a paso de jugar al ajedrez es mucho más susceptible de análisis que el salto de la imaginación que lleva a la comprensión matemática.

Lo que marcó ajedrez Sultan Khan fue su dominio posicional, sus juegos ejemplifican la misma racionalidad que a menudo ha sido considerado como el sello distintivo del pensamiento occidental.Conocimiento Sultan Khan del repertorio de aperturas occidental mejoró su juego. En su caso, es bastante claro que si hubiera sido mejor educado en la teoría del ajedrez, si él no tuvo que enfrentarse a la desventaja de hacer frente a los cincuenta años adicionales de preparación que cada oponente suyo en el oeste trajo a la mesa en cada juego, él no habría sido uno de los mejores jugadores de su época, habría sido uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Esto sugiere una conclusión similar debe aplicarse en caso de Ramanujan.

por Hartosh Singh Bal