NUNCA EL ÁRBITRO DEBERÍA RESPONDER A LA PREGUNTA "¿ÉSTO ES JAQUE MATE?"

Es un caso muy común en torneos de infantiles o torneos escolares. Un jugador o ambos convocan, a un árbitro para que les responda la pregunta: "¿Profe ésto es jaque mate?".

Si en este caso decimos que no, prácticamente estamos ayudando al Blanco a transformar una posición absolutamente perdida en una posición que se gana fácilmente. (Cxc6+ Ra8 Cxd8 y el peón de f7 corona).

Cuando me hicieron esa pregunta siempre respondí "Chicos decidan ustedes". A veces uno o ambos jugadores se dieron cuenta de que no era mate, y en otras, concurrieron al rato a la mesa arbitral, a anunciar la victoria de un jugador que en realidad no dio jaque mate.

¿En este caso deberíamos explicarles que no fue jaque mate?

Nunca. Pues el niño que perdió irá a decirles a sus padres y a su entrenador (que casi siempre es más intransigente que los propios padres, pese a que él es un jugador de ajedrez y los padres no distinguen un Peón de un Alfil) "perdí pero el árbitro me dijo que no era jaque mate".

Y no es fácil de explicarles los elementos que estamos consignando aquí.

¿Y no tienen los árbitros de ajedrez en torneos infantiles que ser pedagógicos, enseñarles a jugar?

Entiendo que los árbitros deben ser pedagógicos siempre pero dirigiéndose a la totalidad de los jugadores, no frente a algunos pocos, pecando de parciales.

Por ejemplo antes de comenzar la primera ronda, explicar la regla de pieza tocada, la prohibición de utilizar celulares, el empleo del reloj.

Pero los árbitros no deberían impartir clases de ajedrez en medio de un torneo. Faltan a su deber, a su función y a lo que se espera de ellos.

Si el árbitro les enseña a jugadores que tienen otro instructor (por ejemplo mostrando el método de dar mate con dos torres), en primer lugar están pasando por sobre la autoridad de su propio instructor, que puede tener otro programa, otra metodología, otra forma de enseñar.

Si en cambio el árbitro, instruye a sus propios alumnos durante el torneo, está violando el principio de imparcialidad. Sus alumnos no son alumnos suyos durante el torneo.

Como conclusión se aprende formalmente durante los cursos de ajedrez, en el aula. En los torneos se viene a practicar lo aprendido.