Julio Ernesto Granda, Gran Maestro Internacional y el más grande ajedrecista que ha dado el Perú en toda su historia, se animó a revelar a Correo los motivos y circunstancias que no le permitieron ser un jugador de súper élite.
CORREO: Julio, fuiste campeón mundial Sub 14 en 1980, pero ¿por qué no llegaste a serlo en la máxima categoría?
Uno puede ser campeón mundial en una categoría inferior y eso no te asegura nada.
Evidentemente me faltó más pasión y dedicación, y de pronto si hubiese logrado imponerme en el 87 en un torneo clasificatorio para el título mundial en Zagreb (capital de Croacia) tal vez mi carrera hubiera sido distinta.
C: ¿No será también por la falta de apoyo económico?
Yo creo que más que el apoyo, que ahora lo tengo por el IPD, es su continuidad, porque la carrera de un ajedrecista es muy larga e implica mucha inversión. Yo sólo tuve entrenadores muy ocasionales y si uno no tiene uno que te transmita esa pasión por el estudio le puede pasar lo que a mí ahora. Yo reconozco que tengo un talento especial, pero no tengo esa cuota de transpiración y por ello estoy limitado.
C: ¿Podría pasarle eso a Emilio Córdova y a los hermanos Cori?
No se puede predecir la evolución de un ajedrecista, pero les puede pasar si es que no tienen esa gran pasión requerida. Afortunadamente ellos están compitiendo en torneos en Europa y eso es fundamental para su desarrollo, porque realmente da pena que en el Perú y Latinoamérica no se hagan torneos con la frecuencia que requiere un ajedrecista.
C: Pero, ¿podrían llegar a ser campeones mundiales?
Objetivamente yo veo que es muy difícil, porque implica muchas cosas, obviamente el potencial lo tienen pero el medio no ayuda. Ellos deberían de tener un entrenador a tiempo completo y mucha más preparación.
C: ¿Por aquel campeonato mundial Sub 14 recibiste los Laureles Deportivos?
No, me los dieron en el año 1986 cuando conseguí el título de Gran Maestro, supongo que habrá influido el hecho de que haya sido campeón mundial, pero aclaro que no fue a raíz de eso.
C: Tú llamaste ineficaz a Milton Iturry (presidente de la FDPA) por no poder honrar a tiempo la deuda con la FIDE y él te dijo malagradecido.
Lo que él dice es una barbaridad, debería guardarse sus palabras porque uno tiene que ser honesto y reconocer sus errores. Y si yo lo critico no es porque tenga algo personal contra él, sino porque veo que su balance no es positivo, porque actualmente su federación está cumpliendo un papel obstaculizador y por ende él simplemente canaliza un apoyo que el IPD me otorgó cuando regresé en el 92 a competir.
C: ¿Iturry debería renunciar a su cargo?
Yo creo que una persona que es centrada y objetiva obviamente por dignidad es lo menos que tendría que hacer, pero intuyo que él se va a aferrar al cargo.
C: Hace algunos años te retiraste del ajedrez, se dice que tuviste problemas psicológicos ¿pero cuál fue la verdad?
Ese tema ha sido muy tergiversado. En el año 92 fui candidato a la alcaldía de Camaná, y en esa situación pasaron cosas extrañas, me pasó algo sobrenatural. La gente piensa que yo me retiré porque me golpearon e intimidaron pero en realidad lo hice porque entendí que hay un Dios creador que me hizo ver la vida de una manera distinta. Ahí comencé a leer la Biblia y encontré un lenguaje tan profundo y sencillo que me dejó encantado.
C: ¿Ese fue el factor para abandonar el ajedrez?
Por supuesto, al entender que hay un Dios intenté acercarme a él. Dentro de mi limitación y miseria descubrí como forma de encontrar mi arrepentimiento el dedicarme a la agricultura, trabajé de sol a sol porque tenía esa convicción. Después, las circunstancias de la vida me obligaron a regresar al ajedrez.
C: ¿Parte de ese arrepentimiento fue el de haber tenido ese tórrido romance con la húngara Susan Polgar?
Tres años después de conseguir el título de Gran Maestro conocí a la que es ahora mi esposa (Karilyn Tejada) pero tuvimos muchos tropiezos y en ese lapso conocí a esta gran ajedrecista húngara, pero yo tenía hijos y siempre procuré vivir con ellos, como ahora. Felizmente, dentro de todos los errores mi relación sigue en pie, estoy muy enamorado.
C: Tienes cuatro hijos, ¿ellos también practican el ajedrez?
Mi padre por ese afán de entrenarme me forzó a entrar al mundo del ajedrez y eso me generó como un trauma, un rechazo a su estudio. Por ello de pequeño nunca desarrollé esa pasión que se necesita para este deporte y que debo reconocer la tengo por el fútbol y el tenis. Por esa razón, a mis hijos no los obligo y no ha habido ocasión de enseñarles.
C: ¿Imaginaste verte superado por Emilio Córdova en la Copa IPD "Rey de Reyes"?
La verdad que no (risas), si yo no hubiera pensado en ganar no hubiera participado. Pero él es un muchacho extraordinario y tiene un gran futuro. Realmente lo felicito porque sé que él estuvo en una especie de exilio y es bueno que se reencuentre con su gente de esta forma. Yo estoy muy satisfecho porque ese torneo fue histórico y algo que debería repetirse todos los años, es lo que nuestros deportistas de primer nivel necesitan para mejorar y para incentivar ese deporte entre la gente.
Fuente: Correo Peru.
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