El ajedrez es un juego que puede ayudar a su salud. No sólo resulta un entretenimiento maravilloso, sino que, además, activa el cerebro.
Autor: Urías Velásquez /@uriasv
Miguel Ramirez jugando ajedrez, para él, su mejor medicación.
Si
cada vez que alguien lo invita a jugar ajedrez, usted rechaza la
oferta, este artículo puede lograr que piense diferente en una próxima
oportunidad.
El ajedrez, un juego ancestral y conocido, sorprende cada vez más a quienes lo investigan. Además de mejorar la capacidad de concentración, suscitar las buenas maneras
–pues es un juego en el que el respeto al otro está presente en todo
momento-, y promover la inteligencia de quien lo practica, ahora se ha
descubierto que el ajedrez puede ayudar a la oxigenación del cerebro y
así combatir el estrés.
Durante muchos años, el
bogotano Miguel Ramírez sufrió profundos dolores de cabeza. Al
principio su médico le formuló diferentes drogas; primero media
aspirina, cada vez que sentía el dolor, después una diaria, y por
último, una tableta cada ocho horas.
Llegó el
día en el que la medicación no le fue útil, y un neurólogo le sugirió
que el origen de su problema podría estar en el estrés. En ese sentido,
le aconsejó encontrar algún tipo de terapia alternativa, es decir, una
actividad que incluyera relajación.
Ramírez
recordó que en su niñez lo que mayor tranquilidad le causaba era el
juego del ajedrez, así que, sin dudarlo, se trasladó para la calle 17,
arriba de la séptima, en Bogotá, y compró un tablero y un juego de
fichas. “Está caro”, dijo, pero luego pensó en el beneficio que le
traería y decidió llevarlo. En pocas horas rememoró cada uno de los
movimientos de las piezas y jugó.
Han pasado
doce años desde aquel día, y todos los días Ramírez dedica, por lo
menos, quince minutos a relajarse jugando ajedrez. A su alrededor muchos
han aprendido y son varios quienes lo buscan por su habilidad para
mover los caballos.
“El ajedrez me liberó de
ese dolor de cabeza tan intenso”, le dice Ramírez a todo aquel que
conoce y se sienta con él a jugar una partida.
Y
puede ser que “Don Miguel”, como le dice su señora, tenga razón:
tomografías recientes revelan que el consumo de oxígeno, mientras se
juega una partida de ajedrez, puede aumentar en un alto porcentaje, lo
que hace que las células cerebrales se mantengan más activas. Si la
actividad se hace rutinariamente, el efecto es que las neuronas vivirán
más y serán menores los huecos generados por la muerte de la materia
gris en el cerebro.
Además de mejorar el
coeficiente intelectual, tal como lo demostró un estudio practicado en
4.000 jóvenes en Venezuela, practicar el ajedrez puede ayudar en la
lucha por prevenir el Alzheimer, según el doctor Robert Freidland,
experto mundial en esta enfermedad y quien realizó un estudio
documentado en The New England Journal of Medicine.
Existen
en internet innumerables estudios que demuestran las bondades que, para
la salud, genera este maravilloso juego, pero si en realidad usted lo
quiere experimentar: juegue. No tema, quizás los primeros cinco minutos
le parezcan difíciles. Después lo disfrutará eternamente.
Más información sobre las ventajas comentadas en este artículo y otras, derivadas del hecho de jugar ajedrez pueden ser vistas aquí.
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