Nigalidze el tramposo
En los últimos años el ajedrez ha empezado a padecer de una enfermedad llamada “trampas”, motivada probablemente por las nuevas tecnologías que nos permiten tener un gran maestro en nuestro teléfono inteligente, el cual sobrepasa en posibilidades y nivel a muchos grandes maestros humanos. Los tramposos siempre han existido, pero en nuestro juego el hacer trampa parecía francamente complicado y difícil, aunque con todos estos dispositivos modernos, cada vez más pequeños, que caben en el bolsillo del pantalón, las capacidades para hacer trampa parecen incrementarse.
Ahora sale la noticia de que Gaioz Nigalidze, gran maestro de Georgia y campeón de esa región dos veces consecutivas, fue sorprendido haciendo trampa en el torneo de Dubai, Emiratos Árabes. El fuerte torneo abierto tenía a 22 jugadores por encima de los 2600 puntos Elo, y los participantes más fuertes eran: David Howell (2687), Vladimir Fedoseev (2674), Igor Kovalenko (2665), Tigran Petrosian (2660), etcétera.
Fue Tigran Petrosian, homónimo del excampeón mundial, el que cuenta todo el asunto de la trampa del georgiano: “Yo ya sospechaba de mi oponente desde el torneo Al Ain de diciembre pasado, que ganó Nigalidze. Durante nuestro juego en esa ocasión, mi rival fue muchas veces al baño incluso cuando le tocaba pensar. En ese torneo no tuve jamás evidencia de alguna trampa, aunque ya lo sospechaba. Hoy mis sospechas se confirmaron…”
Y continúa Petrosian: “En nuestro juego (en el abierto de Dubai), Nigalidze contestaba muy rápido a mis jugadas y literalmente corría al baño. Dos veces yo hice mis jugadas instantáneamente por lo que mi rival no pudo levantarse del tablero. En ambas ocasiones cometió errores en sus movimientos. Decidí entonces mantenerme atento y vigilar a mi contrario,. Noté que siempre iba al mismo privado en el baño, a pesar de que había otros dos vacíos. Informé de esto al árbitro. Al poco rato éste me informó que no había notado nada extraño y le pedí que checara de nuevo el baño porque estaba seguro que algo estaba muy raro en todo este asunto”.
Petrosian sigue: “después de que mi oponente fue de nuevo al baño, los árbitros volvieron a entrar y hallaron un teléfono inteligente con audífonos, el cual estaba escondido y cubierto de papel de baño. Entonces mientras esto pasaba, estábamos los dos jugando cuando vino el árbitro principal y le dijo a Nigalidze, mostrándole el teléfono móvil: ‘¿Este teléfono es tuyo?’ Nigalidze se puso rojo, no supo qué hacer y no dijo nada. El árbitro entonces le dio la partida por perdida. Salí de la sala de juego y Nigalidze se acercó a mí. Yo pensaba que se disculparía, pero en lugar de eso me dijo que estaba preocupado de las decisiones que pudiesen ocurrir ahora en su contra”.
¿Qué debe hacerse con estos tramposos? Yo creo que la FIDE (y ya lo he dicho antes), tiene que tomar cartas en el asunto de manera contundente. Mi opinión es que los hagan trampa deben ser descalificados de por vida del ajedrez, quitándoles desde luego sus títulos de gran maestro e impidiéndoles jugar de nuevo en torneos oficiales. Es verdaderamente penoso que los grandes maestros, que son los máximos exponentes del ajedrez mundial, sean sorprendidos haciendo trampa en este hermoso juego. Si queremos terminar esta plaga requerimos de un castigo inolvidable y que se convierta en ejemplo para que esto no vuelva a ocurrir. Y si ocurre de nuevo, pues habrá que volver a aplicar este tipo de sanciones. Estoy convencido que eventualmente las trampas desaparecerán así del ajedrez.
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