Yoko Ono es una buena aficionada al ajedrez, aunque la mayoría del público solo la relaciona con este juego (quienes lo hacen) gracias a su célebre ajedrez blanco. En el famoso White Chess Set, que parece ideado por un esquimal, hasta las sillas son del mismo tono. La idea, de tintes antibélicos, es que a medida que avanza la partida los contendientes empiecen a olvidar cuáles son sus piezas, una vez mezcladas por todo el tablero, en el que ni siquiera hay casillas negras. El MoMA de Nueva York ha vuelto a exhibir la obra, casi medio siglo después de su creación, dentro de la exposición «One woman show, 1960-1971», que permanecerá abierta hasta el 7 de septiembre.
Artist Yoko Ono interacts with the exhibit "White Chess Set" at the Museum of Modern Art exhibition dedicated exclusively to her work in New York
En este enlace puedes saber algo más de la muestra. Aquí solo hablaremos de su casi imposible propuesta ajedrecística, aunque evidentemente cualquier persona capaz de jugar una partida la ciega podrá sacarle algún rendimiento. Eso sí, se recomienda apuntar los movimientos, por si surge alguna discusión sobre la propiedad de alguna pieza.
Yoko Ono, que ya tiene 82 años, sigue fotografiándose ante su tablero, del que ha hecho innumerables versiones. No sabemos si se habrá arrepentido alguna vez. En todo caso, su afición ha quedado acreditada cuando ha jugado contra los visitantes a sus exposiciones y, sobre todo, en sus donaciones a algunos equipos de ajedrez y a la organización de torneos infantiles, como cuenta Mariano García Díez en su blog Artedrez, que he citado más de una vez.
(Las fotografías son de Lucas Jackson para la agencia Reuters)
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